Hoy les platicare de un síndrome diferente, este síndrome lo denominamos "papitis aguda" y desde hace una semanas Emiliano lo presenta tooooodos los lunes.
Después de un fin de semana con papá, donde juegan, ríen, andamos como muéganos, sábado y domingo; el lunes se vuelve un día complicado; y es complicado para bebe pero mas aun para mamá.
Desde que hubo un reajuste de medicinas con la cardióloga, Emiliano toma un par de siestas cortas, cosa que antes no hacia, o sea, no dormía, pero ahora somos felices y digo somos por que yo tengo mas oportunidad de hacer las cosas de la casa que antes no podía, o hasta pintarme las uñas, puedo adelantar la comida, la cena y bañarme con tranquilidad,
Pero ¿que pasa los lunes?
Nos levantamos aproximadamente a las 7:30 am, todo depende de las tomas nocturnas, pero casi siempre a esa hora, enseguida desayuna y yo preparo el desayuno de papa, aprovecho para hacer el mío y si se puede desayuno rápido. Emiliano despierto en su Bouncer acompañándome; después tomamos las medicinas y justo después de eso comienza el maratón, solo quiere brazos, quiere comer de mamá y renegar.
Aunque existe estudios que dicen que los bebes no hacen berrinches, Emiliano tiene una forma extraña de comunicarse, los lunes actúa como si un remolino se le metiera, hace sonidos como si me estuviera cargando y no aguanta nada mas que brazos de mamá, todo eso de 9 am a 8 pm que es justo cuando llega papá; ahí regresa la sonrisa y todo vuelve a la normalidad.
Aunque me canso mucho, y quisiera que terminara ese día, amo la forma en la que Emiliano ama a Javier, en como sabe que es su papá y que el tiempo que pasan juntos se puede reflejar en ese san lunes. La importancia de pasar tiempo de calidad, de saber que papá esta para nosotros es una prioridad.
Papá vuelto loco de saber que no solo conmigo tiene esa conexión, si no con el, a distancia, en ese san lunes, Emiliano tiene "papitis aguda".
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