Mi fuerza es Él

Mi historia con Él es como de novela, muy poco pasado, mucho presente, mucho futuro. 

Aun recuerdo la primera vez que toco mis labios, fue como si ya lo hubiera hecho, los recorrió perfectamente, sabia que con ese beso me conquistaría. Y lo hizo. 

Recuerdo una noche, los dos cenando en un restaurante de Cancún, viendo hacia la laguna, tomados de las manos y con lagrimas en los ojos, decidimos que queríamos intentarlo, queríamos tener un bebe; ambos con los mismos sueños, la misma idea, una ilusión en común. 

En mi vida siempre incluía yo a papá Dios, hasta este año que decidí unirme yo a los de Él, pues el sabría cual sería mi destino, con quien tendría que vivir todo aquello que hubiera en mi corazón. 

Javier y yo nos encontramos en el momento perfecto, el es mi fuerza, y no lo digo desde que Emiliano llegó a nuestras vidas, si no desde que lo conocí. 

El me da la protección que necesito, la fuerza para afrontar los temores, la dulzura para sentirme amada. Mis manos caben perfecto en sus manos, y mi corazón embona en el suyo. 

No le gusta que le agradezca, pues dice que no me hace un favor; así que hoy le dedico estas líneas, que sepa que es quien siempre soñé, que lo amo con cada parte de mi y que ser madre junto con el, es lo mejor que me ha pasado en la vida. 

Le agradezco a su hermano Carlos por dejarme andar de stalker, porque así fue que descubrí el amor en ese barbón que me pone a temblar, y claro que mi agradecimiento por siempre a Dios, por separarme al hombre perfecto para mis días mis noches y mis fines de semana. 

Gracias por estar, por permanecer y por ser lo mejor de nuestras vidas. 

Javier, te AMAMOS 

Ana y Emiliano.