Este fin de semana tuvimos la oportunidad de ver de nuevo la película "la vida es bella" una historia conmovedora que narra la historia de un padre y su hijo en el los campos de concentración, una historia que a Javier le puso las manos a sudar y que no terminamos de ver el sábado por que era ya mucho estrés.
Pues hoy la termine de ver, y aunque ya la había visto lloré y lloré cuando Josué, el pequeño de la historia encuentra a su mamá cuando la guerra ha terminado y corre a sus brazos gritando mamaaaa mamaaaa (lease en Italiano).
Entonces pensé en las cosas que nosotros como padres hacemos sin pensar por los hijos, en como para muchos puede ser un sacrificio pero para nosotros es como si fuera una obligación.
Justo ayer en el desayuno platicábamos Javier y yo de eso, y le contaba algunas anécdotas que mi madre llego a hacer por nosotros y el me decía que seguro su mama también tendría pero que nunca se las iba a contar. Y entonces es que comprendes el amor que puedes llegar a sentir por una persona; si, amo a Javier con cada parte de mi, pero el amor que sentimos con Emiliano es de otro planeta.
De solo imaginar el día que aprenda a caminar, o el día que corra a mis brazos, el día que pida que no me vaya, mi piel se pone chinita y se me hace nudo en la garganta.
Se que habrá cosas que Emiliano no pueda ejecutar del todo bien, quizá tardara mas en lograrlas, pero seré paciente y esperaré que lo haga y le enseñaré que el tiempo siempre es un aliado y que en la vida hay que luchar todooooos los días si queremos llegar a la meta; y lo mas importante es que pase lo que pase, su papa y yo, estaremos amándolo como solo Dios pude hacerlo.
La vida es bella, y es bella porque nos permite vivirla, nos muestra días diferentes a diario, y nos da la oportunidad de soñar y crecer en el camino.
Ríe, llora, ama , vive.
La vida son instantes, la vida es hoy.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario