La aventura comienza

9 meses de una increíble espera, la aventura estaba apunto de comenzar.

15 de febrero del 2015, 11:25 am, nació Emiliano Chávez Zarzosa, recuerdo esperar un gran llanto o no se si estaba ya muy dormida (día y medio en labor de parto que terminó en cesárea forzosa), pero ya estaba con nosotros; mi remolino que en el último momento decidió darse unas piruetas y enredarse 2 veces al cordón umbilical. 

Su papá  (Javier, el gran amor de mi vida) con cámara en mano (el mejor fotógrafo) corrió a revisarlo como le había indicado " 2 manos, 2 pies , 10 dedos"; apenas y lo veía, recuerdo que pude besarlo un minuto, mis ojos se cerraban, apenas y pude conocerlo. 

Desperté y ya me llevaban a mi habitación, nos detuvimos un minuto para ver a mi chiquitín, la enfermera lo trajo hacia mi y pude ver una mirada diferente; enseguida pregunte que si todo estaba bien, son esos momentos que como nueva mamá experimentaba, el mágico presentimiento.

Aun tengo en mi mente ver a mi esposo con los ojos rojos, hinchado, y sin palabras que me dijo " si amor"; si pudiera regresar a ese momento, lo abrazaría taan pero taan fuerte. 

En cuanto llegue a la habitación nos besamos y caí dormida, después de tantas horas, mi cuerpo con anestesia no supe en que momento cerré mis ojos. 

Al despertar llego bebe, tenía tanto miedo de cargarlo por que no sentía fuerza para hacerlo, sin embargo tenía la necesidad de aun sentirlo cerca de mi que no dude en hacerlo. 

4:00 pm 

Llego un médico con una bata del CRIT, algo me sonaba extraño pero deje que ellos hablaran; se llevaron a Emiliano para revisarlo, no puedo decirles cuanto tiempo fué, ese día no tuve conciencia del tiempo. 

En cuanto entraron a la habitación supe que algo pasaba, Javier me tomo de la mano y volteó a ver al dr., pase saliva y escuche...

Creemos que Emiliano tiene síndrome de down. 

Todo lo que durante 29 años de vida y esos 9 meses, estaban desbaratándose, las expectativas y sueños con mi bebé se derrumbaban en segundos.

Baje la mirada y llore en silencio, tomé a Emiliano en mis brazos y le susurre que lo amo, Javier no soltaba mi mano. 

No escuché más. 

Solo veía esos ojos que imagine durante 9 meses.

La historia que comenzaba,  era otra...