miércoles, 1 de julio de 2015

Gracias Dios, tengo un hijo con Síndrome de Down

Casi no dormí de la emoción, y es que a las 11:30 am teníamos cita en el CRIT (centro de rehabilitación Infantil Teletón) esperamos 4 meses para poder ingresar y ya estábamos a unas cuantas horas. 

Llegamos y mi corazón latía, claramente escuchaba mi corazón, es una emoción que no puedo describir, pero sabrán que con Emiliano esto es una bendición, el tener ya un lugar en donde esta lo mejor de lo mejor en cuanto a terapias y médicos, esto para nosotros es un gran avance. 

Entramos y pasamos al tren (es la recepción del CRIT) ahí nos presentamos y nos dieron la bienvenida (nos pusieron un gafete que dice SOY PACIENTE NUEVO, así que todos ahí nos decían bienvenidos); después nos pasaron con Angélica, quien nos recibió la papelería, Emiliano veía a todos lados, la vdd es que es un lugar lleno de colores y con la mejor de las vibras. 


Angélica nos llevo hacia el área de enfermería, donde pesaron y midieron a bebe, ahí mismo tenemos que acudir cada que vayamos, para que puedan llevar un control de el. 

Emiliano peso un poco mas, tenía el pañal un poco cargado jajaja, pero muy contentos con el crecimiento que tuvo desde la ultima vez que fuimos con su pediatra (hace semana y media). 
Saliendo de ahí, pasaríamos con una doctora para una pre-valoración, no sin antes pasar al baño pues debíamos cambiar ese pañal. 

Justo en el baño dedique unos minutos para agradecer a Dios por mi bendición. En la fila para cambiar el pañal se encontraban 2 mamás de pequeños con parálisis, una de ellas lloraba por la situación de su pequeño, escasos recursos y un desconocimiento total del padecimiento. 

Sus hijos mayores de 3 años se encontraban ahí, sin hablar, sin mover su cuerpo, con la cara hacia el piso, sus madres como todas unas guerreras cambiando pañales. Una de ellas le dijo, "cuando vengas, te puedes quedar en mi casa, recuerda que todos aquí somos una gran familia, y no te preocupes en mi casa vemos que comemos, aunque sea frijolitos pero comemos".

Y yo ahí, con Emiliano en la carriola, solo con una cardiopatía y un cromosoma extra; bebe podrá ser independiente, podrá caminar, cocinar, salir de fiesta y estudiar; ellos estaban ahí, en sillas de ruedas, y con mucho esfuerzo podrán dar unos pasos. 

Cambie el pañal y salí de ahí, sin palabras, con el corazón hecho pedazos, solté una lagrima y le dije a Javier que no podía, agradecí a Dios por Emiliano una vez mas. 

Revisaron a Emiliano y chocaron su expediente. 

Bienvenido Emiiano, estarás en grupo C, que es donde están los bebés, ahí te darán terapia física, psicológica etc. Una atención integral. 

Aun faltaba mucho papeleo, y recibir nuestra nueva agenda, cuando tenemos que ir para valoración con la terapeuta y con los especialistas. 
Nosotros con la sonrisa de oreja a oreja, todos ahí sonríen, la vibra que se siente ahí es como si estuvieras en el cielo (nunca he estado ahí, pero lo imagino), hay niños con muchas patologías, unos más graves que otros, pero todos son amigos, como dijo aquella señora, somos una gran familia. 



Este es el comienzo de una nueva aventura, la de la estimulación, la del aprendizaje, y la del agradecimiento. 

Gracias Dios, porque Emiliano solo tiene un cromosoma de más, gracias por su vida, gracias por permitirme ser su madre, y gracias TELETÓN. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario