Cuando planeamos unas vacaciones vemos toooooodo menos lo difícil que es empacar y es que como mamá primeriza pues me preocupaba el hecho de que pudiéramos necesitar algo que Emiliano está acostumbrado.
Yo pretendía hacer maletas y dejar la casa súper limpia para que cuando regresáramos estuviera todo ok y más que al día siguiente del regreso tendríamos terapias por la mañana, así que el día anterior al viaje desperté muy temprano e hice mis famosas listas de check list para que no olvidáramos nada.
Javier se supone que tendría oportunidad de salir temprano para ayudarme pero de esos días que no salen como lo planeas. Emiliano inquieto todo el día, queriendo los brazos de mama a cada instante, no estoy segura si ese día comí, pero al menos no recuerdo haberme sentado a comer algo.
Hacer maletas para 3 personas no es cosa sencilla, así que yo decidí que solo llevaría unos jeans y esos los lavaría por las noches para que al despertar estuvieran listos; camisas para amamantar y unos cuantos chones. Mi lista realmente era corta, hasta me porte bien con el tema de los zapatos. Solo 2, los que tenía puestos y otros menos cómodos pero qué últizaria para la boda del sábado. Y si es que aun no les digo que el sábado en Mty teníamos una boda de unos muy buenos amigos y el tema de que ponernos fue todo un fin de semana; pero bueno, por mi parte la cosa no era tan caótica.
Javier dijo que el llevaría poco, de hecho solo llevaba 4 pares de zapatos, y dicen que las mujeres somos las complicadas???. Emiliano y Javier ocupaban el 80 % de las maletas o bueno Emiliano.
Como mama primeriza puse en la maleta 10 mil cambios de ropa de bebe, pañales (pocos pues compraríamos allá) esterilizador de biberones, calentador de biberones, bouncer, hielera (transportar leche materna) sabanitas, colchitas, saca leche, zapatitos, crema, shampoo, toalla y obviamente medicinas; todo esto para Emiliano.
Esto sin contar que teníamos que llevar carriola y porta bebe, y llevar pañalera por si en el trayecto de aeropuerto avión aeropuerto se llegara a necesitar.
Aun lloro y es que lo tengo tan pero tan fresco que aun no he tenido oportunidad de terminar de desempacar, si ya es miércoles y llegamos el domingo, y NO he podido desempacar.
La bronca no fue tanto para la ida, si no el regreso. Y es que aprovechamos la ida a Torreón para bautizar a Emiliano así que nos llenaron de regalos y aunque teníamos libres 16 kilos de regreso pues el espacio no era mucho. Ya se imaginaran que nos salió chucky (como dice Javier) a los 2 y terminamos dejando una maleta con un montón de cosas, desde ropa de nosotros y juguetes que probablemente ahorita no sean tan necesarios para Emiliano. El último día ya soñábamos con estar en nuestra casa, dormir en nuestra cama y no menos importante nuestro baño.
Siempre esta la emoción de salir de vacaciones, pero salir con bebe, no es como en las películas; regresamos mas cansados, pero eso si, la familia es lo mejor que tenemos, el amor que nos dan es lo mas maravilloso y los abrazos que nos dieron nos duraran un ratito.
Gracias familia por todos esos días, por tanto amor y por tantas alegrías.
Viva la familia, viva mi familia.
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